jueves, 23 de mayo de 2013


Ha terminado la temporada para nuestros Bulls, hemos perdido el 5to. partido de Playoffs contra el Heat, en su casa, por 94 a 91, para cerrar la eliminatoria 4 a 1 en su favor.
Se sabía de antemano que iba a ser una serie sumamente difícil y complicada. Incluso, la mayoría de los periodistas especializados, indicaban una barrida en favor de los de Miami, pero solo un poco de eso pasó.

Nuestro equipo batalló de una manera inaudita y se ganó el respeto del mundo NBA. A la baja constante y la posible vuelta siempre latente de Derrick Rose, se sumaron las ausencias de Kirk Hinrich y Luol Deng, malestares físicos en Joakim Noah, distintas dolencias en Nate Robinson y Taj Gibson. ¿Puede un equipo en estas condiciones derrotar al Heat? Difícilmente.

Cuando te falta tu mejor jugador, diferentes sensaciones y responsabilidades toman el resto de los integrantes del equipo. Veamos un resumen personalizado de cada uno de ellos:

· Robinson, luchó como un gigante, contagiando a la gente y a sus compañeros y sacrificando su pequeño cuerpo ante quien sea. Bien o mal, dejó todo lo que tenía, no se guardó nada y sin dudas, sería bueno tenerlo de nuevo la próxima temporada.

· Butler, una muy grata sensación. Va camino a convertirse en un grandísimo jugador. Como fan de Chicago que soy, me cuesta separarme de la época de MJ, pero veo en Jimmy una especie de Scottie Pippen, ese jugador que es capaz de hacer cualquier función y cumplirlas todas. Gran futuro.

· Belinelli, apareció con minutos extras ante la ausencia de Deng. Puede ser una buena rueda de auxilio. Quizás necesitaría encontrar un poco mas de regularidad. Otro de los que habría que pujar para que se quede el año que viene.

· Noah, subió un peldaño más. Es un gladiador, nunca claudica. Jugó partidos totalmente disminuido físicamente y aún así, jamás dejó de tirar el carro del equipo. Es el símbolo de la entrega y el sacrificio, cualidades que solo se ven en grandes jugadores. El jugador símbolo de este Chicago.

· Gibson, definitivamente un paso atrás. Llevo años esperando que de el salto de nivel en su juego y no ocurre. Contagia, persevera, pero no cumple mis expectativas. Siento como si nunca pensaría en dejar de ser suplente, como si se conformara con ese pequeño papel que cumple y eso le resultase suficiente. Intentaría cambiarlo.

· Boozer, lo dejé para el final. Gran jugador, pero sobrevalorado económicamente. Levantó su nivel este año, respecto del anterior, pero cada uno de los partidos que vi este año de Chicago y estábamos parejos al final del mismo, me preguntaba: “¿dónde está el bueno de Carlos, que ya lleva 20 y tantos puntos y lo necesitamos?” Y siempre estaba en el mismo lugar…en el banco. Y si por casualidad estaba en cancha, apenas si tomaba algún tiro y de tomarlo, o lo tapaban o lo erraba. ¿Por un jugador como este hay que pagar semejante salario? ¿No es en los últimos minutos donde se definen los partidos parejos, en los que los grandes jugadores hacen la diferencia con los otros? Me parece que era el llamado a ser el líder ante la ausencia de Rose y simplemente no lo supo hacer.
El resto de la plantilla hizo cuanto pudo. Trataron, intentaron, pero poco lograron. Nos mantuvimos con vida por el corazón, pero sabíamos que era cuestión de poco mas para decir adiós. Cada vez valoro más las palabras de Greg Popovich, coach de los Spurs, que ante cada pregunta de cómo llegar a los playoffs, siempre contestaba lo mismo: “sanos”. Cuanta razón tiene. Que importa el número de siembra o la localía, si tus jugadores no están 100% físicamente. 

Tengo la sensación que haber jugado este año, con todas las lesiones a cuestas, nos puede generar buenos dividendos para el próximo. Sensación, deseo, que más da. Sea una u otra cosa, ahí estaremos la siguiente temporada, esperando volver a ser los mejores.



Marcelo Z. (@ranflag)